El mar siempre me dió mucho miedo… Cuando era niña mis padres me llevaban a mí y a mis hermanos a una playa de mar abierto donde las olas eran enormes y el solo hecho de meter los pies me aterraba porque sentía que las olas me empujaba hacia adentro del mar, así que solo corría por la playa sin nunca arriesgarme a nadar.  Es más, nunca aprendí a nadar. 
Cuando el autismo llegó a mi vida, lo sentí como una gran ola golpeandome con fuerza mientras me jalaba hacia la profundidad de la mar donde seguramente moriría ahogada, pero ahogada en llanto.
Creo que para muchos padres el autismo se compara a un mar abierto, donde derepente estas desesperado luchando por salir a flote, donde crees que ya tus fuerzas empiezan a abandonarte en ese mar y ese futuro incierto… Sientes que ese mar inmenso te roba la vida.
Pero…
espera un momento!  esto no puede terminar asi! recuerda, ABRE LOS OJOS, tienes frente a tí al mejor salvadidas, al mejor flotador!  


EL AMOR POR NUESTROS HIJOS se convierte en nuestra única salvación.  Es por ellos que aprendemos a flotar, a nadar, a bucear, a navegar por ese océano con puestas de sol hermosas dignas de disfrutar, y es por ellos que aprendemos a nadar a travéz de esas áreas infestadas de tiburones QUE A VECES NOS CLAVAN SUS COLMILLOS pero que hay que enfrentar y dejar atrás.

 Todo se puede con ese salvavidas, con ese amor que nunca se ahoga ni te deja ahogar.

Comentarios

  1. Hasta hace muy poco aprendí a flotar pero se que un día lograre nadar en las profundidades y llegaré a donde sea necesario por Aly!!

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